• Buscando a Madison

    Como disponía de dinero suficiente (el inspector Legrá, bendito sea, no pudo negarse a compartir conmigo una ínfima parte de los fondos reservados -reservados para estas ocasiones, precisamente-) decidí viajar en taxi desde el aeropuerto de Miami hasta Boca Ratón, aunque el monto de la carrera no iba a ser ninguna broma. Siempre me ha Read.